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  • Foto del escritorAnna-Emilia Hietanen

¿Cómo manejar las emociones para apoyar el aprendizaje en el aula?


Las emociones tienen un papel importante en los procesos de aprendizaje. Pero ¿cómo podemos tomar esto en cuenta cuando trabajamos con nuestros y nuestras estudiantes? En este artículo, vamos a compartir algunas estrategias concretas para fomentar emociones que apoyen los procesos de aprendizaje independientemente de la edad de las y los aprendices. Las emociones influyen en el aprendizaje también en la adultez. Son estrategias que no dependen de la forma en que se dan las clases - sirven tanto para entornos virtuales como presenciales.


  • De un espacio para expresar, trabajar y resignificar emociones en tu aula. Una relación de confianza con tus estudiantes y un ambiente de aprendizaje en que todas y todos sienten seguridad psicológica y aceptación es importante para esto.


  • Apoya la regulación de las emociones en tus estudiantes. De acuerdo a las investigaciones, no solamente las emociones en sí, sino también las formas de regularlas pueden afectar al aprendizaje. Por ejemplo, tener que esconder emociones negativas causa estrés, dificulta los procesos de memoria y afecta de forma negativa la interacción con otras personas.


  • Por otro lado, resignificar las emociones puede ayudar tanto la regulación de las emociones como el aprendizaje. Ayuda a tus estudiantes encontrar nuevos significados a sus emociones y las manifestaciones físicas de las mismas. Por ejemplo, los síntomas fisiológicas de ansiedad y entusiasmo son muy parecidos. Si siento nervios por tener que hablar en público, me puede ayudar darle un nuevo significado a las sensaciones físicas: no vienen por nervios, sino porque siento emocionada de compartir lo que sé con otras personas.


  • A pesar de que es importante crear espacios en que se pueden hablar abiertamente de las emociones, también es importante respetar al derecho de cada persona de tener su privacidad. Expresar especialmente emociones negativas puede ser muy difícil para las personas. Una opción para evaluar el clima emocional de la salón es usar mecanismos que permiten a las personas expresar sus emociones de forma anónima. Por ejemplo, puedes aprovechar diferentes aplicaciones virtuales para este efecto.


  • Disminuye el incertidumbre. La sensación de incertidumbre causa estrés y distrae a las y los aprendices. Dar instrucciones claras para las actividades de aprendizaje y especificar criterios de evaluación, entre otras cosas, ayuda a disminuir el incertidumbre sobre lo que se espera de las personas. Dar autonomía a tus estudiantes es muy importante para fomentar la motivación, pero demasiada autonomía sin especificar que se pretende lograr con una actividad puede causar confusión e incertidumbre y desmotivar a tus estudiantes.


  • Recuerda que todas las personas reaccionen a diferentes situaciones de diferentes maneras. Para una persona, sentirse ansiedad por el examen puede motivarla a estudiar más, mientras que para otra, esa ansiedad puede llevar a desesperación y a pensar que ningún esfuerzo va a ayudar.


  • Evita afirmaciones estereotipadas tanto sobre grupos, como “las niñas tienen miedo a ciencias” o sobre individuos, como “Juan es muy ansioso" o" María se aburre fácilmente en la escuela”. La mayoría de las diferentes reacciones entre estudiantes se explican por sus emociones únicas e individuales, no por su pertenencia a ciertos grupos sociales o culturales. Además, una persona puede sentir emociones muy diferentes respecto a diferentes materias o situaciones de aprendizaje. Si alguien muestra ansiedad en los exámenes de matemáticas, no significa que experimenta ansiedad también en otras materias, por ejemplo en historia. Esto tiene que ver con los intereses personales, niveles de autoconfianza y incluso con las creencias que las personas tienen sobre sí mismas y sobre el aprendizaje de diferentes materias. Por eso, trata de identificar las situaciones y actividades específicas que ayudan a diferentes estudiantes disfrutar del proceso de aprendizaje.


  • Fomenta emociones positivas relacionadas con la actividad de aprendizaje. Como vimos en el artículo anterior, no todas las emociones positivas apoyan el aprendizaje ni todas las emociones negativas son perjudiciales. Busca generar alegría de aprendizaje, curiosidad e interés sobre el tema para aprender.


  • No todas las emociones negativas obstruyen el aprendizaje. Trata de reducir las emociones negativas excesivas de tus estudiantes, pero también pretende crear un ambiente en que estudiantes pueden canalizar sus emociones desagradables para mejorar su aprendizaje. Fomenta en tus estudiantes la confianza en que tienen la capacidad de resolver problemas y que los errores son oportunidades de aprendizaje y no fracasos.


  • Busca actividades de aprendizaje que tengan nivel adecuado de reto. Tareas demasiado difíciles pueden causar desesperación y estrés, mientras que las tareas demasiado fáciles pueden generar aburrimiento. Dado que el nivel de competencias de tus estudiantes probablemente varía, es bueno diferenciar actividades de aprendizaje de acuerdo al nivel que tengan.


  • Regula tus propias emociones. Enseñar puede generar emociones tanto positivas como negativas. Si el grupo no reacciona de manera esperada, podemos sentir por ejemplo inseguridad, irritación o enojo. Es importante estar conscientes de estas emociones, para que no las proyectemos hacia el grupo. También es importante cultivar emociones positivas que tenemos como docentes. Las emociones suelen ser contagiosas, y si tú como docente muestras entusiasmo, probablemente tus estudiantes también se interesan más sobre el tema o la actividad en que están trabajando.

Cabe recordar que las emociones son elementos muy importantes para nuestro bienestar. Son valiosas por sí mismas, no solamente por la función que juegan en el aprendizaje.


¿Ya estás utilizando estas estrategias en tu aula o crees que las podrías aprovechar? ¡Déjanos un comentario!

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